El calor intenso de la insoportable tarde de ayer tuvo un freno notable a partir de la seis de la tarde y dio paso a algunos chaparrones débiles, precedidos por viento del sur y aunque los pluviómetros apenas bostezaron, los termómetros aflojaron bastante a la presión constante que venían soportando desde hace dos semanas.

El pico máximo se había producido a la hora 16, con 38.9º C y tras un leve descenso en las próximas dos horas, luego cayó bruscamente a los 26.8º C a las 19.

Pero el cambio de clima vino con un aumento importante del porcentaje de humedad, algo que es predisponente para que la posibilidad de lluvia esté más presente, pero también que la piel sienta más calor del que marca la temperatura.