No es seguro pero si es probable que desde este último día de febrero y hasta mitad de marzo, una nueva bomba de calor estalle en gran parte del centro y norte del país y provoque daños que ya serían irreparables y que afecten de modo crucial la mínima esperanza que había en los lotes de maíz tardío.

Esas variedades de la forrajera, es el único cultivo en desarrollo avanzado, que aún conservaba cierta expectativa, pero ingresará en un camino en picada si no cae algunos chaparrones que aunque sea, estiren una ilusión cada vez más escasa.

Valores de 35 y hasta 36 grados se harán presente durante varios días de la primer quincena de marzo, entrando al otoño con un déficit de humedad histórico, que provocará un impacto sensible en la economía.

Queda la esperanza, que la retirada de la niña se produzca de una buena vez, o que por lo menos entregue una dosis más generosa de lluvia, a lo muy poquito y aislado que ha caído en lo que va del año